Trabajando de cerca con alguien te da información valiosa sobre el rendimiento de esa persona. Esto es especialmente cierto de tu jefe. Sin embargo, saber si y cómo darle retroalimentación a tu jefe es difícil. He aquí tres consejos para ayudarte a decidir cuándo compartirtsus ideas, y cuándo callar.
- Espera o pide permiso. No lances a una lista de cosas que tu jefe podría hacer mejor. Dada la naturaleza de la relación, es mejor esperar a que se te solicite información o para preguntar si tu jefe está abierto a la retroalimentación
- Enfócate en ayudar. Dale información que le ayudará a mejorar su rendimiento. Evita decirle lo que harías si fueras el jefe.
- Si dudas, calla. Si piensas que tu jefe no será receptivo o si se se le conoce para arremeter contra la crítica constructiva, es mejor mantener la boca cerrada. Encuentra otras maneras anónimas (por ejemplo, revisiones de 360 grados) para dar sus comentarios.
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